Hablemos de las sombras

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En el camino del autoconocimiento, las sombras no son algo malo ni algo a temer. Son partes de nosotras que han quedado ocultas, memorias y emociones que guardamos en lo profundo porque en algún momento dolieron, nos asustaron o sentimos que no eran bienvenidas.

Muchas de estas sombras nacen en los primeros siete años de vida, cuando nuestra alma está aprendiendo a habitar plenamente el cuerpo físico y se siembran las bases de nuestra salud futura. Si en esa etapa temprana no nos sentimos seguras o sostenidas, el cuerpo registra esa desconfianza en la vida y quedan impresas huellas que más tarde se manifiestan como patrones de sombra.

Dentro de cada sombra hay una materia prima. Esa materia prima es energía vital que, aunque en baja frecuencia se expresa como dolor, miedo o limitación, en realidad contiene el potencial de transformación.

🌑Anota y recuerda esto: La sombra no es un error, sino un estado de conciencia comprimido. Esa compresión guarda la semilla del Don. Cuando reprimimos, negamos o rechazamos una sombra, esa materia prima se estanca y se convierte en sufrimiento.

De niñas aprendimos a esconder la rabia, la tristeza, el miedo o incluso la alegría para ser aceptadas. Nada de eso desapareció: quedó guardado en nosotras, esperando ser visto y reconocido. Y aunque solemos pensar en las sombras como enemigas, en realidad son puertas. Cada sombra guarda un don secreto, y cuando nos abrimos a mirarlas de frente con valentía y honestidad, descubrimos que son maestras que nos guían hacia más amor, gratitud y presencia.

Para mí, la verdadera espiritualidad no está en escapar del dolor ni en negar lo incómodo, sino en integrar las sombras, enfrentar el dolor y sentirlo como nunca nos hemos atrevido a sentir. Es allí donde ocurre la transformación: cuando dejamos de luchar contra nosotras mismas y nos permitimos transformar la oscuridad en luz y el miedo en amor. Necesitamos para esto mucho instinto, confianza en nosotras mismas y menos mente racional, de hecho entregarnos a la Sabiduría del Corazón más que a la de la Mente.🌙

En este viaje, las plantas medicinales son un gran apoyo. Las Flores de Bach vibran suavemente trayendo las sombras a la luz, o llevando luz a las sombras, ayudándonos a reconocerlas y sanarlas. Las plantas medicinales, con su fuerza, nos acompañan a purgar los residuos que esas sombras dejan en nuestros cuerpos físicos, emocionales y energéticos, una vez que se inicia el proceso de integración. Tengo la certeza de que estos residuos son más grandes de lo que podemos imaginar con nuestra mente racional, y también la certeza de que las plantas medicinales son las herramientas indicadas para ir a cada nivel necesario y limpiar en profundidad.

Cada vez que encendemos una vela en nuestro interior al reconocer una sombra, el camino se ilumina un poco más. Y con el tiempo descubrimos que no había nada que temer, sino aspectos de nosotras mismas que estaban esperando ser abrazados con amor, transformados con gratitud e integrados en nuestra esencia. ✨🌸

Con amor,
Tatiana.

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